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El rey Arturo, su espada Excalibur y nuestra Argentina
Estando con una fuerte gripe en mi casa, solo me distraje leyendo, como cuando niño, las historias del rey Arturo también conocido como Arturo de Bretaña; es un destacado personaje de la literatura galesa, en la cual se lo representa como el Monarca ideal tanto en la guerra como en la paz.
Realmente me sorprendí al poder relacionar su historia con los acontecimientos de Argentina en los últimos días.
A los 15 años, Arturo va con sir Héctor y Kay (padre y hermano), donde los caballeros de toda Inglaterra intentan sacar una la espada Excalibur prisionera de un trozo de mármol Se decía que quien la liberase sería el rey de Inglaterra y el encargado de unificar todos los reinos de la isla. Infructuosamente, todos los caballeros intentaron extraer la espada, pero es Arturo, sin ser caballero aún, quien logra liberarla, y es revelada su verdadera identidad y nombrado rey, aunque no le fue fácil por las cuestiones de poder de otros pretendientes a la corona.
Su espada, Excalibur, era un
símbolo del poder legítimo .
Poco a poco todos lo aceptan y Arturo jura impartir justicia a todos los hombres de Inglaterra sin tener en cuenta su posición social.
La cueva de Merlín en Tintagel donde, según la leyenda, Merlín rescató al niño Arturo del mar. La historia de Arturo es muy controvertida porque hay toda una serie de elementos que certificarían su existencia, que para otros historiadores no son suficientemente fidedignos. Las teorías sobre el origen de Arturo son muy variadas: algunos autores opinan que el personaje literario tiene una base real; otros consideran que desde su origen fue un personaje ficticio, mítico, tal vez incluso una deidad céltica semiolvidada.
Pero, cómo podemos ligar esta historia con la nuestra.
En una etapa donde hay divisiones políticas de todo tipo, cambios de bando, corrupción, pase de facturas, luchas por el poder individual no para lograr el desarrollo de nuestro país, mezquindades de todo tipo, incremento de la desigualdad social y destrucción del Estado como equilibrador de las necesidades sociales, relatos mentirosos que pretenden imponer en nuestras cabezas una realidad inventada. Con un Congreso que no duda en incrementarse sus salarios, diciendo que son representantes del pueblo, con una insensibilidad rayana la locura y donde el 50 % de la población está en estado de pobreza.
Esta lectura, me hizo pensar en nuestro futuro como país, como algo integrado, soberano, socialmente justo, libre y con todo su potencial de desarrollo en marcha.
Dentro de poco habrá nuevas elecciones en Argentina: no hay propuestas ni objetivos, pero todos dicen que luchan por un Argentina mejor, pero son los mismos que la han vendido, robado destruido.
Así, el Rey Arturo me vino a la cabeza con su espada Excalibur, signo de justicia y unificación social.
Surgirá ese personaje (líder de una fuerza social), si es que puede surgir, que sea capaz de usar esa “espada” (metafóricamente) para unir esas fuerzas, detrás de un proyecto serio, para hacer que nuestra Argentina cumpla un derrotero con futuro para nosotros, nuestra descendencia y sea sustentable en el tiempo.
Tres frases rescaté del libro El Rey Arturo y Excalibur en la roca (Editec):
* ¿Cómo puede sobrevivir un rebaño sin un pastor, sin un guía? Cuando las ovejas pelean por los mejores pastos acaban muertas entre los colmillos de los lobos.
* Tal vez no detengamos la guerra, pero al menos debemos atraernos todas las adhesiones que estén a nuestro alcance. Cada pendón que galopa a nuestro lado engrosa las filas y adelgaza las de nuestros adversarios.
* Cuanto más poder se tiene, menos se comprende el mundo que se debe gobernar, porque se invierte más tiempo en controlarlo que en entenderlo.
* Para que nazca algo nuevo, lo viejo debe ceder su lugar.
Ya sé que la comparación, con el Rey Arturo es una utopía, pero como decía Eduardo Galeano, el reconocido autor uruguayo, en su famosa cita, "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar", refleja esta perspectiva.
Tenemos que ser capaces de caminar.
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