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sábado, 22 de octubre de 2022

Algunos aspectos a tener en cuenta de la Psiconeuroinmunología


 

 

Algunos aspectos a tener en cuenta de la Psiconeuroinmunología

 

La ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano se llama Psiconeuroinmunología.  Según Mario Alonso Puig:Uno de los máximos investigadores de la Inteligencia Humana y del Aprendizaje , señala que  “El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha
sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos”.

Hoy en la Argentina, Facundo Manes, Mariano Sigman y Estanislao Bachrach, entre otros, han escrito muchos libros sobre este tema que implica un gran desarrollo de la Neurociencia. De tales investigaciones podemos mencionar algunas, que creemos importante la gente conozca:

- Una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en
un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación
delicada durante seis horas. El “distrés”, esa sensación de agobio
permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del
cerebro y en la constelación hormonal. Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas

 

-Un valioso recurso contra la preocupación es aplicar ciertas prácticas del MINDFULNESS como llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.



Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos
están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen
que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es
más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la
respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor,
estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero
cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza,
aparece otra línea. Son más importantes el qué y por qué que el
cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos
como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una
interpretación de la realidad.

 

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar
con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que
decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva,
específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron
remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los
circuitos que les generaban estas enfermedades.


-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

- Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras
emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del
observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo
qué y como  es, vemos el mundo que somos.

            .

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos (amígdala cerebral). Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las
hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han
demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía
interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario
pueden reducirse un 80%.



-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la
seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para
crecer hay que salir de esa zona.

 
-Cambiar hábitos de pensamiento y entrenar su integridad honrando su
propia palabra implica que: “. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la
conciencia.


- Sin fe en uno mismo hay temor, el temor produce violencia, la violencia produce destrucción, por eso, la fe interna supera la destrucción.

 


 

 

-La palabra tiene un poner fenomenal, el diálogo funciona cuando se habla y escucha al otro y te escuchas a vos mismo y te das cuenta que decís cosas que no están bien. La comunicación se da cuan hay dos partes que tienen su mente abierta y dispuesta a escuchar los argumentos del otro. Es como situarse en el papel de “observador de uno mismo”.  Una frase, una palabra puede ser mortal o estimulador para el otro.

 

- La incertidumbre es propio del desarrollo de la materia y de la vida. La incertidumbre y las contradicciones son problemas complejos, pero que nos permite razonar y ver otras alternativas.

 
 Muchas veces hemos escuchado que una palabra o un hecho determinado a una persona le ha cambiado la vida. En realidad, lo que le ha cambiado es el cerebro. Éste cambia constantemente durante toda nuestra vida. Pero nosotros podemos incidir en que se desarrolle para mejorar nuestra vida en vez de utilizar sólo el “piloto automático”.  

El cerebro tiene tendencia a la pereza, porque está preparado para no gastar energía  (por suerte en muchos casos, como respirar, lavarse los dientes todas las mañanas o todas aquellas funciones o actividades que tenemos programadas). Cuando a uno lo sacan de la zona de “confort” le causa temor, angustia o estrés.

 

Generalmente la sociedad admira a los que tienen exceso de confianza, no a los que dudan,piensan adecuadamente y respetan al otro, creando un liderazgo falso: es lo denomino el síndrome del político. Generan sin darnos cuenta cierto nivel de toxicidad en nuestro cerebro.

 

Cuando creamos nuestro propio paradigma y dejamos de ver u observar el de los otros, perdemos nuestra capacidad de descubrir que teníamos de niño. Y así llegamos a nuestro nivel de obsolescencia. 

 

Bibliografía

Libros y artículos de Mario Alonso Puig, Facundo Manes, Mariano Sigman y Estanislao Bachrach

 

 

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