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sábado, 28 de mayo de 2022

El organigrama del narcotráfico

 

      El organigrama del narcotráfico

Hay cadenas del narcotráfico en los centros urbanos que tienen una morfología compleja y diferente según los casos.

El esquema básico es el de la cocaína, pero hay distintas variantes o mezclas hasta llegar a combinación con efedrina y a productos letales como el “paco” u otros.

Para ejercer ese poder se necesita un esquema prolífico en jerarquías y alianzas cuyos elementos directivos son los proveedores y a través de procesos logísticos, en el lugar más bajo los “punteros barriales” o retailers.

 Estos últimos, generalmente tienen relaciones con los “puntero políticos”, quienes tiene un a información detallada de todo lo que ocurre en su zona.  Los punteros políticos toleran a los minoristas de droga que saben que son patrocinados por la policía y en muchos casos por miembros del poder comunal sino también de los propios integrantes de algunas gobernaciones.

También estos últimos son consumidores de los productos como así también de los miembros de su familia, amigos o vecinos. Lo cual establece un nexo entre las distintas capas de interés que interactúan. Los políticos son considerados como mediadores, mientras que el “transa” es temido y despreciado porque es” traficante de la muerte”.

En los barrios se forman grupos de amigos o conocidos que comparten fiestas, “las previas”, pueden ir a “boliches u otros sitios de “distracción”, consumen ingentes cantidades de cerveza, vino u otras bebidas alcohólicas algunas de las cuales contienen drogas psicotrópicas que circulan cuasi clandestinamente.

La división del trabajo está casi explicada en el organigrama que se detalla.

Según Jorge Ossona (historiador) los más compulsivos (llamados fisura) son a su vez minoristas, es decir trabajan al menudeo. Estos, a partir de un momento para, ascender a la “escala social de la trama narco” comienzan a requerir armas, vehículos, generalmente motos y garantes de las jerarquías superiores. pero se mezclan con los vagos, los inadaptados, los desocupados y allí comienza el comienzan los primeros contactos.

Las escuelas son invadidas y foco de atención desde la primaria por los “retailers”.

Es sabido que necesitan de la ostentación de autos, teléfonos y armas sofisticadas y todos saben que son posibles de ser abatidos por alguien o por algún policía honesto.

 

 Por encima de los minoristas están los mayoristas, que tienen un comportamiento más silencios, pero dirigen la comercialización y la logística que va desde su propia provisión hasta la fabricación clandestina, de las distintas opciones opiáceas.

Por supuesto hay contactos con el exterior, ya sea con Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y también generan mecanismos de exportación con “mulas” u otros mecanismos más sofisticados, generalmente con decenas de kilogramos escondidos en los más diversos y creativos elementos de traslado.

Más arriba se encuentran los grandes distribuidores, que imponen las calidades y cantidades de la cadena, que semanalmente se retribuye, en base a lo acordado, a la línea de comercialización hasta el nivel mínimo o a la “zona gubernamental “que garantiza la franquicia, incluyendo al “jefe de calle policial”. Que reporta o no al comisario de turno, sin olvidar que la comisaría, que es objeto de compraventa, según el rubro (u objeto del negocio (prostitución, droga, robo, secuestros, etc.).

Por supuesto que como en toda organización hay gente honesta y respetable. Y hay que saber diferencias. Pero mucho “peces gordos no tiene coartadas serias para que se pueda determinar el origen de sus fortunas).

Los “códigos de ética” en el circuito son muy severos, el no cumplimiento e determinado requisitos como calidad, precio, productos rebajados, hace que las represalias entren en acción hasta el punto de muerte.

También se producen allanamientos, que los medios se encargan de difundir, con grandes cantidades de estupefacientes, arsenales de armas, celulares de todos tipos, etc. Muchas de las operaciones se manejan desde la ´cárcel y no se entiende como los responsables admiten el uso de celulares y cómo los consiguen los presos.

No hay que olvidad tampoco la implicancia de algunos jueces en el esquema planteado, varios de ellos en pleno juicio. Los últimos casos de políticos, jueces y miembros de las fuerzas de seguridad que fueron imputados en causas de narcotráfico dan cuenta del entramado de redes de complicidad que se construyen día a día junto a un flagelo que crece en el país.

No hay control ni aéreo, ni terrestre ni marítimo ni fluvial, lo cual hace impensable corregir esta situación en el tiempo.  “Los narcos” tiran las drogas desde el aire aterrizan en pistas clandestinas o simplemente grandes campos en Santiago del Estero, Chaco, Buenos Aires (Tandil, Dolores, Pergamino, etc.) con la complicidad de algunos perones rurales. Poseen recursos tecnológicos más avanzados que las propias fuerzas de seguridad.


¿Dónde se quema la cocaína o estupefacientes capturados? ¿Por qué no se hace público este procedimiento?

Recientemente la Jueza Servini de Cubría acusó al Ministro de Justicia Martin Soria y a la dirigente de Justicia Legítima (Directora del Servicio Penitenciario Federal, por obstruir el avance de la investigación del Narcotráfico en el penal Devoto.

Otro efecto de la problemática es el lavado de dinero, ya que el país no cuenta con un organismo que investigue y diga la cantidad de dinero que se lava aquí y sale del país a cuentas off shore o paraísos fiscales en contra del bienestar de los argentinos.

Sin embargo, se destina millones para combatirlo sin saber cómo, dónde y cuándo. Otra dilapidación de recurso que afecta el nivel de vida de los argentinos

Dónde iremos a parar……..?