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domingo, 2 de enero de 2022

Datos del informe del Banco Mundial y la Fundación Observatorio Pyme.

Dicho informe, describe los resultados de la encuesta COVID19, con datos de más de 100,000 empresas en más de 76 países del mundo; implementada en Argentina durante los meses de junio y julio de 2021 con 1,058 empresas argentinas, con información de 436 micro-empresas (0-4 empleados), 302 pequeñas (5-19), 243 medianas (20-99) y 77 grandes empresas (+100), lo cual es una muestra muy representativa.

El impacto económico de la pandemia ha sido un choque sin precedentes que afectó de manera significativa a las empresas de todo el mundo. Un año y medio después del inicio de la pandemia, las empresas no han logrado recuperar aún sus niveles de ventas de 2019; y en 2020, la economía mundial ha experimentado su peor recesión desde la gran depresión de los años 30, con la mayor proporción de países que han experimentado contracciones del PIB per cápita desde 1870. Las estimaciones muestran que las ventas de las empresas se redujeron en más de un 70 % durante el punto más álgido de la crisis, y todavía permanecían un 30 % por debajo de los niveles antes de la pandemia en los meses de junio y julio de 2021.

Desde 2012 la economía argentina presentó moderados altibajos de su actividad económica (medida por el producto total en términos reales), mostrando una tendencia al estancamiento económico acompañada de alta inflación (en torno al 40/50 % anual en los últimos 5 años). Los dos años previos a la pandemia se caracterizaron por ser recesivos (-3 % en 2018 y -2 % en 2019), por lo tanto, la pandemia golpeó un sector privado que ya sufría un mal desempeño y un período de recesión importante.

A mediados de 2021 un tercio de las empresas más pequeñas tenían dificultades para satisfacer la demanda de sus clientes y las restricciones de la oferta derivaban tanto de la insuficiencia de insumos y materias primas como de los protocolos sanitarios y la falta de capital de trabajo. En conjunto, todos estos factores están impidiendo reconstruir más rápidamente la función de producción pre-pandemia de las empresas de menor dimensión.
Dentro de este contexto ya negativo, el impacto negativo en las ventas ha sido grande y generalizado. En promedio, las empresas argentinas sufrieron una disminución de las ventas del 13 % en junio de 2020 en relación al nivel de 2019, del cual aún no se habían recuperado en junio de 2021 con una caída promedio del 5 %). Dado que el 2019 fue un mal año para la economía argentina, con una recesión importante, los resultados son aún más negativos y la recuperación más lenta cuando se compara con los niveles de crecimiento de 2018. 

Evolución del PBI Argentina 2004-Primer semestre 2021

       


El impacto de la pandemia fue contractivo, como ocurrió a nivel mundial, pero la primera mitad de 2021 muestra una recuperación, con diferencias sectoriales importantes. De acuerdo con la situación previa a la pandemia de cada sector y de las implicaciones que las restricciones sanitarias y no sanitarias impusieron para cada sector, tanto la caída generalizada en 2020 como la recuperación en 2021, muestran avances diferenciados. Se destaca la recuperación de la industria manufacturera y de las empresas más grandes que lo han superado con creces.

Las empresas de comercio y servicios y aquellas de menor tamaño fueron las más afectadas por la pandemia, mientras que el sector manufacturero ha recuperado niveles pre-pandemia, el resto de los sectores continúa con ventas negativas en comparación con el 2019.
Además, de manera parecida a otros países, las micro y pequeñas empresas están siendo las más afectadas y aún no han recuperado en promedio los niveles de ventas de 2019.
A nivel internacional, el impacto de la pandemia en el sector productivo no ha sido tan negativo como en otros países, pero eso se explica en gran parte por la recesión en 2018 y 2019. En términos relativos, todos los países muestran caídas de ventas promedio mayores a Argentina. Sin embargo, de los países con datos disponibles, Argentina, junto con Nicaragua, son los únicos países que vienen de una recesión previa.

Las estadísticas recogidas muestran que una contracción del empleo inferior a las ventas no es una regularidad observable en todos los sectores y en todos los tamaños de empresa. Sin embargo, a nivel agregado se observa que la caída del empleo ha sido inferior a la caída de las ventas. Según estadísticas oficiales del número de asalariados registrados en el sector privado, el empleo se redujo en un 2 %, mostrando disparidades sectoriales. La industria manufacturera aumentó su plantilla en 2 %, mientras que comercio y otros servicios muestran una contracción en torno al 1 %.

Desde el inicio de la pandemia el dinamismo de nuevas contrataciones y despidos de personal fue mucho mayor entre las grandes y medianas empresas que entre las pequeñas y micro.

La industria fue el segmento más dinámico en términos de contrataciones y despidos, aunque el sector servicios tuvo un aumento importante de los despidos en los últimos 30 días.

Hacia mediados de 2021 se redujo drásticamente la proporción de empresas que aplicaron una política de ajuste de empleo en el margen extensivo. La proporción de empresas que despidieron personal pasó del 12 % a 1 %. En los últimos 30 días antes de la encuesta, el margen intensivo se destacaba como instrumento de ajuste, particularmente recurriendo a licencias remuneradas y reducción de horas, con 12 % y 11 % de las empresas.

 

      

Las empresas argentinas entraron en la pandemia con poco acceso al mercado del crédito y altas tasas de interés. En este contexto, el 38 % de las microempresas informan de su desinterés por acceder al crédito auto-excluyéndose del mercado bancario, en parte debido al mayor riesgo de repago percibido por la incertidumbre macroeconómica y en parte debido a la alta informalidad existente en este segmento empresarial. Como contrapartida, el 40 % de empresas grandes no tiene dificultades para acceder al crédito y sólo el 10 % de ellas manifiesta su desinterés por el mismo.

En términos de sus pasivos, la mayoría de empresas que necesitó reestructurar su deuda lo consiguió.

Los datos indican un riego financiero bajo en Argentina comparados con otros países. Por ejemplo, la probabilidad de caer en mora con proveedores de las empresas argentinas es la más baja de todos los países relevado.

Un aspecto positivo del choque de la pandemia ha sido la respuesta sin precedentes de muchas empresas argentinas en acelerar la digitalización, que ha sido bastante intensivo en todos los sectores y tamaños de empresas, pero acrecentándose las divergencias ya existentes con un evidente
rezago relativo de las micro y pequeñas empresas, básicamente confirmado, por  la difusión de inversiones realizadas en herramientas digitales.

Las empresas micro y pequeñas, y el sector de otros servicios, muestran una participación alta en ventas online. La intensidad de la digitalización de las empresas argentinas es relativamente alta en comparativa internacional.

Como respuesta a la pandemia, el Gobierno Argentino aplicó un conjunto de políticas que tuvieron como principal objetivo apoyar al sector productivo que en consecuencia tuvo amplio acceso a los instrumentos. En relación con lo observado en otros países, las micro empresas quedaron al margen de los beneficios de dichas políticas. El subsidio a los salarios fue el principal canal por el cual la política pública llegó a las empresas, en línea con el principal objetivo del Gobierno Argentino de preservar los contratos laborales. El 82 % de las empresas recibió aportes no reembolsables para pagar los honorarios de su plantilla de trabajadores.

Aunque el impacto de las ventas en las empresas argentinas no ha sido tan grande como en otros países, el nivel de incertidumbre en relación a las expectativas de ventas es alto comparado con otros países de la región, sin importar su tamaño o sector.

Por último, es importante que la política pública intente disminuir el nivel de incertidumbre de las empresas y aumente su focalización para aquellas empresas con mayor dificultad de recuperación.

El resultado positivo esperado encontrará su frontón con las políticas que el gobierno tome a partir del año próximo.