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sábado, 3 de julio de 2021

 

El cerebro y las nuevas conductas adaptativas            



   

Todos los días la ciencia nos deja estupefactos, por tal motivo quisiera apuntar algunos descubrimientos que nos permitirán vivir mejor en nuestra actual vida y futura, pero especialmente en esta épocal pandemia.

Primero quiero se advierta la importancia de algún último descubrimiento, que, aunque no está totalmente desarrollado abre grandes perspectivas a ciertas personas.

“En España unos sensores ubicados en el cerebro de un tetrapléjico han capturado la actividad neuronal mientras imaginaba que escribía y la han convertido letra por letra en texto.  Está interfaz cerebral cerebro-máquina ha logrado una velocidad de escritura cercana a la que tiene una persona cualquiera mientras teclea en un celular, además con la ayuda de un simple predictor de textos transcribe casi sin errores los signos de palabras y frases complementarias”.  Quizás esto sea el sueño de muchos, pero escribir o hablar sólo con un pensamiento puede ser una realidad no remota.  Al mismo tiempo, una necesidad para quienes por enfermedad o lesión no pueden comunicarse. Ya se han se han ideado sistemas que rastrean los movimientos del ojo que activan un teclado virtual; otros son mecánicos como la interfaz que usaba Stephen Hawking para convertir los movimientos de su mejilla derecha en una voz robótica y que murió a los 76 años luego de que el ELA lo invadió a los 25. Todo indica que convertir la actividad cerebral en palabras habladas o escritas, es lo que hoy Investigan los bioingenieros y los seudocientíficos expertos en Inteligencia artificial, es casi una realidad presente. 









La inteligencia artificial (IA) es la mejor inversión para nuestros países, con vista al futuro.  Nuestra actividad neuronal nos permite decodificar fácilmente una Firma o predecir la letra deseada, por lo que se concluye que la escritura a mano permite una decodificación más fácil y por lo tanto un ritmo de tecleo en una pantalla relativamente más rápida. Ya  se logró que un enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica  (ELA) escribiera a un ritmo  90 caracteres por minuto que no queda lejos de los 115 que teclea un celular una persona de su edad sin discapacidad. Hace poco Esteban Bullrich (Senador argentino habló sobre su vida y esta enfermedad. Su filosofía es excelente: “No nos define la enfermedad, sino la manera en que la asumimos y enfrentamos. Trabarse es morir, aliarse a la muerte y anticiparla.  A veces se logra aprender del dolor. Y esa lección es más honda que cualquier otra”.  Es una lección de vida ya que encontró una libertad más profunda y ahora se debe lealtad sólo a él mismo y a los suyos. Igual con todos estos descubrimientos hay un camino para recorrer a su perfección, pero el avance es firme y promisorio. La tecnología de interfaz cerebro-máquina buscan ayudar en distintas discapacidades. El multimillonario Elon Musk, ya lo hemos citado en un artículo anterior, está detrás de un chip que colocado en el cerebro logra archivar emociones, etc. con vistas a curar el Alzheimer. Dicho sea de paso, se termina de probar el primer medicamente contra ese mal.

Hemos descubierto que, a lo largo de nuestra vida, nuestro cerebro va cambiando de manera constante. Claro, es materia, por lo tanto, desarrollo y mutación eterna. La experiencia y el ambiente modifican los circuitos neuronales y regulan la expresión de nuestros genes. Esto es gracias a que Nuestro cerebro es fundamentalmente un órgano adaptativo y su neuroplasticidad es la capacidad del sistema nervioso para modificarse o adaptarse a los cambios, inclusive en edad adulta. Este mecanismo permite a las neuronas reorganizarse formando nuevas conexiones y ajustar sus actividades en respuesta a nuevas situaciones o a cambios en el entorno.

Según Manes, Fernando Nottebohm, investigador argentino que trabaja en Nueva York, probó que el repertorio de cantos de los canarios, que varían según la época del año, responde a los cambios que se van produciendo estacionalmente en distintas poblaciones celulares de su sistema nervioso. Y que esto sucedía porque se generaban nuevas poblaciones de neuronas.

Alejandro Schinder del Instituto Leloir y equipo, aportaron otro concepto importante: estas nuevas neuronas tienen además la capacidad de integrarse exitosamente a circuitos ya existentes y ser funcionales; imitan el comportamiento de las neuronas vecinas y logran así cumplir su misma función.

La plasticidad sináptica es la capacidad que las neuronas tienen para alterar su capacidad de comunicación entre ellas. Cada vez que nos enfrentamos a una nueva pieza de información que se debe almacenar en nuestra memoria, se generan nuevas sinapsis, se fortalecen otras, algunas se debilitan y otras se podan. Este proceso representa un mecanismo evolutivo fundamental de aprendizaje. en seres, también, complejos como nosotros. 




               

El cerebro es capaz así de compensar parcialmente el daño, reorganizando y formando nuevas conexiones entre neuronas intactas.

Es evidente que la neuroplasticidad constituyó uno de los principales mecanismos a través de los cuales las especies fueron evolucionando a lo largo del tiempo, adaptándose así a cambios del ambiente más allá de aquello que estaba predeterminado genéticamente. Porque si todo cambia, como dice la canción, no es extraño que también cambie nuestro cerebro, que es la representación más altamente organizada de la materia.

Tener en cuenta estos aspectos, nos mueve a poner en practica cosas que implican realizar cambios pequeños pero constantes (como limpiarse los dientes con la otra mano, o hacer caminos distintos, subir la escalera en vez de tomar el ascensor, etc.), nos ayudará a ese cambio.  Pero también otro elemento clave es desarrollar el humor como un rol clave en el desarrollo mental, en la inteligencia abstracta y en la formación de una estructura psicológica futura más sólida.

Así como el COVID muta, también debemos mutar nosotros.   Para ello no hay mejor cosa que hacernos nuevas preguntas, no darnos respuestas. Hacer siempre las mismas preguntas nos lleva siempre al mismo camino.

La Pymes y los seres humanos tienen la posibilidad y deben reinventarse también cotidianamente, ya que hoy el desafío es complejo y duro, Pero se puede, solo hace falta una dosis de creatividad, tranquilidad, y adaptación activa a la nueva realidad.

                                         Rnbozzo@yahoo.com


                                         Rnbozzo@yahoo.com