|
Muchos hemos pasado por grandes impactos emocionales, como quedarse sin trabajo, no tener para comer, quedarse sin un familiar querido, perder un amigo, una relación amorosa frustrada, etc.
Estas situaciones producen un “conflicto cerebral” que lo hace imborrable. Estudios de neurobiología demuestran que estos acontecimientos intensos crean en el cerebro impresiones residuales que se reactivan fácilmente. Cuanta más información se grabó, más vívidos son los recuerdos.
Según Gisele Sousa Dias , “Existe un circuito neurológico que fija con más intensidad los recuerdos que fueron incorporados de la mano de un fuerte contexto emocional . Para estudiar al cerebro los neurobiólogos utilizan la Resonancia Magnética Funcional, una técnica que les permite determinar qué áreas cerebrales desempeñan ciertas funciones, como el habla, el movimiento y la sensibilidad”.
¿Qué hace que un recuerdo quede sellado a fuego? “En el lóbulo temporal hay dos estructuras. Una se llama hipocampo y por allí pasa la memoria declarativa, es decir, desde acordarse qué día es hoy hasta la cara de una pareja. Al lado hay otra llamada amígdala, que contiene a la memoria emocional. Para que la información declarativa pase por el hipocampo y se distribuya en el cerebro, debe haber un contexto emocional: por ejemplo, una situación atípica y desconocida vivida con ese gran afecto. Cuando la amígdala detecta ese contexto emocional envía neurotransmisores al hipocampo. Así se incorpora en la memoria como fenómeno de fijación”, detalla Ignacio Brusco, director del Centro de Neurología de la Conducta y Neuropsiquiatría de la UBA.
En la práctica, esta alteración cerebral provoca que, ante un dilema moral, la activación de los dos sistemas (el cognitivo y el emocional) se bloquee. Ni su capacidad de razonamiento ni sus sentimientos o emociones están anulados. Lo que ocurre es que "la asociación entre emoción y cognición en la toma de decisiones está bloqueada", y caracteriza al psicópata.
¿Por qué entonces, aun después de un largo tiempo, vuelven esas imágenes y esas sensaciones que secuestran al cuerpo? “Es la amígdala que sigue respondiendo con descargas emocionales involuntarias, como el dolor en el estómago o las palpitaciones”, dice Brusco.
“Cuanto mayor sea la información que se grabó hacia un afecto, en cantidad o calidad, más grabado va a estar en la amígdala y más reacciones va a seguir enviando. Estos recuerdos pueden aparecer como imágenes, pero también como olores, sensaciones auditivas y como procesos de pensamiento”.
Según las hipótesis manejadas, del ‘marcador somático’ hay experiencias que gatillan señales químicas en nuestro organismo. Por ejemplo: si caminamos por el campo y por primera vez en la vida nos cruzamos con un león que ruge, abre la boca y se abalanza hacia nosotros, se disparará un conjunto de moléculas que quedarán asociadas a la sensación del miedo. Si nos volvemos a cruzar con un león volverá a gatillarse este patrón y nos producirá la misma sensación de miedo, aunque ni siquiera abra la boca. Así, podemos comprender por qué ciertas emociones, positivas o negativas, pueden perdurar cuando nos exponemos a la persona, animal o hecho que generó esos sentimientos.
La frase hecha “el tiempo ayuda a olvidar” también tiene su explicación científica: “Con el tiempo, cuando las conexiones cerebrales que facilitan la revisión de situaciones críticas y emociones negativas se saturan, pueden sufrir lo que se llama ‘down regulation’: una disminución de los neurotransmisores en la zona de intercambio neuronal. Esto explicaría por qué los recuerdos vinculados a alguien importante van perdiendo peso”, dice Claudio Waisburg, neurólogo de la Fundación Favaloro.
Nuestros hijos y nietos no olvidarán nunca la pandemia del Covid19.
Esto explica, en parte, lo acaecido a los 33 mineros chilenos que quedaron sepultados en la mina San José en agosto del 2010. Las experiencias fuertes vividas por algunos de ellos, o que les impactaron de historias anteriores, forma parte de su ADN, lo que unido al sentido de supervivencia, les permite resistir a la adversidad más crítica. De tal manera que surgen espontáneamente, líderes naturales, y mecanismos de organización en situación de crisis. En este sentido los mineros, se organizaron en turnos, generaron una jerarquía de mando casi independiente de la que había formalmente (capataz, etc.), dispusieron un plan de supervivencia (aparece la planificación y la organización como herramientas indispensables para sortear las dificultades), aprovechando a los talentos y recursos acumulados a lo largo de una vida de trabajo tenaz y complejo, donde la vida se pone en juego todas las ideas.
Los empresarios Pymes o directivos de instituciones sociales tendrían que tener en cuenta estas experiencias para aplicarlas cotidianamente en sus organizaciones, sin llegar a situaciones críticas que los impelan a utilizarlas, nos referimos a tener mecanismos de planificación, a diseñar estructuras flexibles, ágiles y eficaces, y a trabajar en equipo, rodeándose de los más capaces.