Este audio, describe la historia de Naranjo en Flor, casi inédita, que es una maravilla. Copiar el archivo y pegarlo en el navegador. Historia increíble de Homero Manzi
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Este será un espacio de intercambio sobre problemática de las PyMes y ONGs orientado a directivos e investigadores sobre las dificultades y aciertos de estos sectores de empresas para apuntalar su éxito.
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A quien quiera recibir en forma gratuita el libro de mi hija.(56 páginas) debe solicitarmelo al mail: Rnbozzo@yahoo.com
El
escritor florentino, muchas veces denostado, vivió el Renacimiento (movimiento
revolucionario que significó el fin del Medioevo), época que se caracterizó por
grandes cambios sociales, rompiendo todas las ideas dominantes y concibiendo
una “política” científica aséptica, en la que no interfieran las pasiones
humanas ni los sentimientos, que daría lugar a un quiebre en la relación entre
moral y política de la época. A partir de ahora política y ética serian
consideradas en planos diferentes. Sus libros fueron prohibidos por la inquisición.
Para
Marx (“Tesis sobre Feuerbach”), ahora se trata no solo de interpretar sino de
cambiar el mundo. Nada une estos dos momentos históricos [el de Maquiavelo y el
de Marx, naturalmente, pero la conciencia de Marx y Maquiavelo por un nuevo
inicio, es muy similar.
Los
conflictos no están para Maquiavelo en la teoría, sino en la historia, siempre contingente
y abierta, siempre expuesta al fracaso o al éxito, en el encuentro aleatorio de
fuerzas, que Marx mismo le habla a Engels de la extraordinaria fuerza y
originalidad del pensamiento histórico-político de Maquiavelo y reconoce su
importancia para su propio análisis. Estas fuerzas componen, descomponen y
chocan continuamente.
La
afinidad más grande entre los dos pensadores es la de haber vislumbrado la
necesidad de actuar políticamente en la propia realidad, en favor de un grupo
social y contra otro grupo social, y de haber usado la teoría, entre otros
instrumentos, para lograrlo.
Maquiavelo
siempre se ha interesado en tomar las personas, las cosas, los lugares, los
eventos, los tiempos, tal cual son y no como quisiéramos que fuesen. No existe
otra realidad que la realidad en la cual estamos, y es solo con esta
conciencia que podemos pensar e intentar atacarla y destruirla.
Bajo
la forma de un progresismo democrático, la democracia agonista es solo una re-visitación
del liberalismo progresista.
El agonismo
se opone a una rama de la concepción marxista de
la política conocida como materialismo
histórico. Marx habría estado de acuerdo con los agonistas de que la
sociedad siempre había estado llena de conflictos, cuando escribió: "La
historia de toda la sociedad hasta ahora existente es la historia de las luchas de clases".
También pensaba que las causas del conflicto eran rasgos ineludibles de la
sociedad actual, es decir, capitalista.
Pero, en su opinión, la historia se desarrollaría de tal manera que
eventualmente destruiría al capitalismo y lo reemplazaría con una sociedad
armoniosa, que era su concepción del comunismo,
etapa superior del socialismo.
Durante
los 60´y 70´ muchos, incluyendo académicos, llegaron a la conclusión de que la
"concepción materialista de la historia" no da suficientes razones
para esperar que venga una sociedad armoniosa. Ernesto Laclau está
entre los que han llegado al agonismo desde un trasfondo en el marxismo y los movimientos
sociales de la segunda mitad del siglo
XX.
Muchos
políticos utilizan las ideas de Maquiavelo y lo utilizan como Manual, sobre
todo cuando DICE: “El príncipe no tiene que ser virtuoso, sino aparentar
aquellas virtudes sin las cuales el poder le sería arrebatado y no ocultar
aquellos vicios que están bien vistos por el pueblo”.
El
agonismo, entonces, parte de que no hay fines objetivos y universales,
evidentes y buenos para todos, sobre los cuales edificar la democracia,
entendida como el sistema que mejor pone de manifiesto la pluralidad de las
sociedades contemporáneas. Para el agonismo, una sociedad es más democrática
cuando permite la lucha entre proyectos alternativos que, no obstante,
comparten determinadas reglas del juego.
Gramsci
interpreta que El Príncipe (de Maquiavelo) se podría traducir en lenguaje
moderno por el partido político revolucionario: expresión de la voluntad
colectiva de la clase revolucionaria; y su objetivo, el del partido, esto es,
el de su clase. Sería la reforma intelectual y moral; o sea, la conquista de
una nueva hegemonía, la lucha contra-hegemónica.
En “El Príncipe” el tema es,
básicamente, la construcción y mantenimiento del Estado en tiempos de
corrupción; esto es, el poder constituyente en tiempos de crisis. Aquí aparece
el momento de la fuerza como instrumento para recuperar el orden, o para
establecerlo, que viene siendo lo mismo. Pero para el mantenimiento del poder
no solo cuenta la fuerza; este no es solo “león”, que diría el florentino;
también es “zorra” (otro modo de expresar, según Maquiavelo, la fuerza y el
engaño); o sea, también es convencimiento, legitimidad, consenso. Hay que saber
usar estas dos capacidades, pues cada una tiene su momento dependiendo de las
circunstancias. La crisis, el mencionado momento del poder constituyente,
parece requerir más de la fuerza (para su establecimiento), mientras que el
poder ya constituido se asienta más bien en el consenso.
Interpretando
a nuestro autor, podríamos concluir diciendo que la lucha de clases no se agota
en la lucha por el “dominio” de las instituciones democrático-burguesas
(incluso el momento de la fuerza lo podemos pensar fuera de la legalidad —si
las circunstancias lo exigen—). Y esto es así porque las únicas que pueden
“resolver democráticamente” los conflictos son las fracciones de la clase
dominante, dado que sus contradicciones no son antagónicas, sino armonizables
en un supremo interés, común, de clase; mientras que cuando hablamos de
intereses antagónicos, en el seno de esas instituciones solo pueden armonizarse
ilusoriamente, ideológicamente; y eso precisamente porque se supone (de nuevo
ilusoriamente, ideológicamente) la existencia de una unidad sustancial. Si la
hegemonía entra en crisis, entonces es el momento de la excepción. En suma,
claro está en Maquiavelo cuál es el principio: la Razón de Estado (el poder de
una clase).
El
realismo del secretario florentino resulta un eficaz antídoto contra la
“ilusión democrática”, la “ilusión electoral”.
Dice
Maquiavelo: “En toda república hay dos partidos”, nos dice: “el del pueblo y el
de los nobles. Todas las leyes que se hacen en favor de la libertad nacen del
desacuerdo entre estos dos partidos”.
El escándalo sobre
la “inmoralidad” de Maquiavelo es, sin dudas, el componente más polémico de su
legado y el que ha alimentado con más fuerza y por más tiempo la leyenda negra
que lo persigue hasta nuestros días, que es su argumento sobre la moralidad en
la vida pública. Se trata de su constatación sobre la existencia de dos
patrones de moralidad: uno válido para la vida privada y otro que rige en la
vida pública. En conclusión, no sólo hay dos estándares morales en lugar de uno
y absoluto como lo predicaba la iglesia, sino que, además, ambos están en
conflicto. A partir de ahí Maquiavelo explora descarnadamente los límites de la
moral tradicional, y pese a su acuerdo sustancial con ésta no se le escapó a su
penetrante mirada que la vida política plantea exigencias y dilemas que no
tienen resolución sino a partir de otro encuadre ético. Por ejemplo, la
conducta prescripta por la moral cristiana ante una ofensa (aceptarla
mansamente ofreciendo, si fuera necesario, la otra mejilla) puede ser el camino
más seguro para acceder a la santidad; pero si la adopta un príncipe en el
manejo de los asuntos del estado puede ser también la ruta más corta para
conducir una sociedad a su ruina y una civilización a su tumba. La obligación
de un gobernante ante una amenaza externa es asegurar la integridad territorial
y la defensa de la población (sea por un virus, por una guerra, etc.), apelando
a instrumentos y actitudes que poco o nada tienen que ver con la moral
cristiana. Maquiavelo advirtió con total claridad esta oposición entre una
moral para la vida privada –judeo-cristiana-, y a la cual él respetaba y
adhería– y una moral apropiada para la vida política, en donde imperaban otras
normas, lo que de alguna manera podría llamarse “la moralidad del mundo pagano”
y que giraba en torno a la “virtú” (virtud). Maquiavelo advirtió antes que
nadie la tensión entre ambos patrones de moralidad en una época en que ambos,
ante el colapso del orden feudal, comenzaban muy rápidamente a diferenciarse.
De
Gaulle, dijo que, en política, no se podía elegir entre un bien y un mal, sino
entre un mal mayor y un mal menor. Esto
se da casi en todo el mundo hasta nuestros días. Maquiavelo era intolerante
frente a la política mal pensada y, sobre todo, mal ejecutada: tanto la torpeza
como la falta de carácter de los dirigentes le parecían indignas. Todo esto
está presente en nuestro siglo.
Marx, decía que la
“ideología es una falsa conciencia”. Es decir, “una mentira ungida como verdad
absoluta por las clases dominantes. La clase dominante es la elite imperante de
los grandes negocios encubiertos de una fraseología revolucionaria”. Esa falsa
conciencia acontece cuando los explotados asumen una ideología que no se corresponde
con su empobrecida realidad material y sus necesidades reales. Es una enajenación
en las ideas de los otros, de los mismos que los subsumen en la miseria,
camuflando los discursos de floripondios revolucionarios mientras consagran la involución
más reaccionaria. Este atentado a las
libertades produce marginalidad, criminalidad, e impunidad para la elite
enseñoreada sobre los bienes de todos.
Cualquier
semejanza con el mundo actual no es mera casualidad. Rnbozzo@yahoo.com
“Nací pobre y aprendí a pasar dificultades antes que a gozar”. “El vulgo se deja seducir siempre por la apariencia y el
éxito”. Maquiavelo
Borón, Atilio A.(compilador) La Filosofía Política
Moderna. De Hobbes a Marx (Buenos Aires: CLACSO/EUDEBA 2000)
María Ángeles Vázquez. Nicolás Maquiavelo. Aguilar. Argentina 2013
A continuación podrá descargar la grabación:
https://drive.google.com/file/d/1oIPZeWHJLMlRdmh79rvcNQmSLKJC0bqI/view
Y el material de la actividad:
https://drive.google.com/file/d/1pUER8Buvy5okXAPvXzBIU5IQVVbGmRJm/view
La Voz de Castelar. Abril 2021
¿Tango Naranjo en flor y otro mundo es posible?
Estaba leyendo un cuento cuando se me apareció la palabra “ántrax”. Fue un gran disparador.
Muchos no recordarán, seguramente, y los más jóvenes mucho menos, pero apareció una forma de terror para la gente a principios de este milenio, que supuestamente provenía del terrorismo. El ántrax es una enfermedad rara, no frecuente, causada por una bacteria que forma esporas (organismos microscópicos que se forman con fines de dispersión y supervivencia por largo tiempo, y afecta a los animales), y eso me trajo la imagen del Covid19. Las personas se infectan con ántrax cuando dichas esporas ingresan al organismo y se activan, pudiendo multiplicarse y distribuirse por todo el organismo hasta poder causar la muerte. Esta substancia, “aparentemente bajo la forma de terrorismo” se utilizó en los años 2000 y 2001, para sembrar enfermedad o muerte y pánico en la población. Se detectó primariamente en EEEUU a través de cartas enviadas a los medios de comunicación y al congreso de ese país. Las cartas enviadas mataron a 5 personas y varios fueron infectados.
Rápidamente a nivel mundial se propagó la idea de un ataque bioterrorista que implicó gastar millones de US para preservarse de ella. En ese momento todas las entidades, correos, bancos, oficinas de todo tipo que recibían paquetes o cartas, tomaron una serie de recaudos impresionantes. Nadie podía abrir una carta sin guantes y barbijo, y se debían pasar por un escáner, se cambiaron métodos de trabajo logístico y se compraron costosos mecanismos de detección comercialmente disponibles, se crearon una serie de aparatos de respiración autónoma, y se desarrolló el “biomonitoreo”, otra inversión fantástica.
En Argentina no hubo un solo caso y en el resto del mundo tampoco. Fue un gran negocio para las empresas dedicadas al tema.
Algunos recordarán otra fecha importante, el 31 de diciembre de 1999, cambio de milenio. En el mundo hubo terror porque se decía que las computadoras no estaban preparadas para tomar la nueva fecha en forma automática, por lo tanto, toda la información colapsaría: los bancos perderían referencia de todos los datos (cuentas corrientes, cajas de ahorro, préstamos, inversiones, etc.), las empresas, entidades oficiales, negocios y organizaciones de todo tipo perderían la información de años. Se gastaron millones de US en todo el mundo para reacomodar los sistemas al cambio de milenio. Yo esperaba ese día con ansiedad; ¿Qué pasaría con mi PC y toda la información que tenía acumulada de años?
No pasó nada, no tuve que hacer nada, todo se acomodó normalmente, pero el pánico se creó con ayuda de los grandes medios de comunicación. En suma, inversiones que no sirvieron para nada, puro bluff, pero otra vez las ganancias de las empresas tecnológicas y sus acciones subieron notablemente y en el recinto de la bolsa de EEUU se aplaudía ese hecho como un gran evento histórico.
Otros hitos pandémicos, han sido:
Gripe aviar, Vaca loca, VIH, Ébola y otros que nunca sabremos si fueron inventos del ser humano a través de pruebas genéticas, escapes de virus en experimentos, forma de crear pánico, etc. Toda clase de versiones hay sobre estos temas y quizá nunca sabremos la verdad.
El último momento de crisis ha sido el COVID19, dónde según la prensa aparece en Wuhan el 31/ 12/ 19 donde se informa que 27 personas sufrían de una extraña “neumonía” que se relacionaba con animales vivos de un mercado y pocos días después el gobierno chino comparte la secuencia del genoma del virus en tiempo record, comenzando la revolución biológica que nos ocupa hasta el día de hoy y que sería redundante hablar de ella.
Lo cierto es que otras enfermedades como el Zika, el Dengue, la Influenza, la Viruela, la tuberculosis, etc., han sido dejadas de lado por los medios, y no aparecen en la tapa de los diarios, pero siguen causando estragos. Claro que son enfermedades más ligadas a la pobreza, por lo tanto, no son “tan importantes”.
También es verdad que todo es un gran negocio para las grandes empresas que se dedican a la “reducción de amenazas biológicas” (incluyendo ministerios de defensa, de salud, laboratorios, institutos de investigación, fuerzas armadas y protección sanitaria mundial, redes de vigilancia, sistemas de alerta, etc. que nos inmoviliza a todos.
Nos hace perder la noción de tiempo y espacio, valores afectivos, aspectos culturales, etc., pero los que más sufren son los sectores más vulnerables que no tienen medios, prepagas, casas dignas, y lo peor de todo es que no tienen para comer.
Mientras tanto las acciones de las empresas dedicadas a la explotación del “agua, su envase y distribución,” suben en los mercados financieros, mientras se buscan reservas en la luna para evitar su faltante en los próximos años. Costosos cohetes financiados por Elon Musk (dueño de Tesla) y otras empresas privadas invierten en armamentos, se habla nuevamente de la “guerra fría “entre EEUU y Rusia, hay países en guerra desde hace decenas de años y se incrementan las migraciones producto de un mundo desigual. La brecha entre países pobres y rico se ensancha cada vez más. Se ve mejor ahora con el reparto de vacunas.
Algunos pensadores dicen que esta situación deviene en una etapa final del capitalismo, otros señalan que es una etapa vergonzante del mismo, otros que “otro mundo es posible”, algunos que de todo esto saldrá un nuevo mundo distinto. Quienes decidirán estos cambios si no son los que realmente tienen necesidad de que cambie para mejorar la justicia social y el nivel de vida de la población, la mejor distribución de la riqueza, la educación, la cultura, la salud y vivienda digna para todos. Lo que no ataque estos males son promesas vanas, vacías de contenido, y en el leguaje popular pura “sarasa”.
Pensemos en todo lo dicho para que evocando el tango “Naranjo en flor”, no se nos escape la ilusión del amor a vivir mejor y nos quedemos acobardados como un pájaro sin luz.
Tango, estrofa:
Primero hay
que saber sufrir
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento
perfume de naranjo en flor
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento
Después, que importa del después
toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.
Leonardo GLIKIN y Liascovich Reportaje a RubénBozzo:
Copie el link y péguelo en el buscador
https://radio.perfil.com/noticias/actualidad/la-importancia-del-respaldo-para-consultores-que-asesoran-empresas-familiares.phtml
[21/2 11:49] Leonardo GLIKIN: Conozcan el Programa CEFC, de Consultor de Empresa Familiar Cerificado. Y Rubén Bozzo nos resume su libro acerca de las Pymes frente al desafío del COVID